Relaciones Tóxicas - Más Mujer Austin

Hablamos de relación tóxica cuando una o ambas partes de un vínculo son incapaces de evitar hacerse daño. Cuando el maltrato verbal o no verbal, psicológico, monetario, etc., está presente.

Generalmente cuando hablamos de relaciones tóxicas pensamos en parejas, pero esto puede darse en cualquier vínculo con cualquier persona, amigos, familiares, compañeros de trabajo o conocidos. 

Cuando estás en una relación tóxica, la persona te generará más sinsabores que sensación de bienestar.

El chantaje, la envidia y la manipulación van de la mano. Es muy normal que en esta situación nos topemos con una persona narcisista. 

Si te relacionas con una persona tóxica es necesario establecer límites claros desde el inicio, hacerle saber qué no estás dispuesta a tolerar, después de todo serás tú la que deberá elegir si seguir o no en esa relación. 

Presta atención porque quizás no te habías enterado que tú eres una persona tóxica.

 

¿Cómo distinguir a una persona tóxica?

No toman responsabilidad de sus actos (la culpa siempre es del otro).

Siempre desean tener alguna ventaja.

Siempre querrán sobresalir por encima del otro.

Son personas manipuladoras y/o posesivas.

Se victimiza todo el tiempo.

Son personas envidiosas.

Se quejan de todo.

Tienen una personalidad negativa.

Las relaciones tóxicas de pareja se distinguen por presentar actitudes de control y celos, cuando se imponen condiciones sobre a quién pueden o no visitar.

También, el control desmedido de los gastos económicos, redes sociales, teléfonos, horarios de

salida o entrada, etc. 

Reconozcamos entonces que las relaciones sanas (sean o no parejas), se basan siempre en la libertad individual, apoyo mutuo y el compañerismo.

Trabaja siempre en tu autoestima, valórate, establece límites y recuerda que tú eres la persona más importante en tu vida. 

Si notas que tu pareja te menosprecia y mantiene un interés por quebrantar tu autoestima o tus méritos, siempre está marcando tus fallos, o te lastima físicamente, busca ayuda. 

 

Por Lic. Vicky Cipolla

MARIO TAPIA