¿Le estresa "volver a la normalidad"? - Más Mujer Austin
AQUÍ LE OFRECEMOS CONSEJOS QUE LE FACILITARÁN
LA TRANSICIÓN
Hace más de un año que nuestras vidas dieron un vuelco a causa de la pandemia de la COVID-19. En vista de que casi la mitad de la población estadounidense ha sido vacunada con al menos una dosis de la vacuna, los negocios y empresas ya están en proceso de reanudar sus operaciones hasta alcanzar su pleno desempeño y, por otra parte, las exigencias en el uso de las mascarillas para las personas vacunadas son cada vez menos estrictas. Sin embargo, para algunos adultos y niños, readaptarse a la flexibilización de las restricciones, la apertura de los centros de celebración de eventos, como conciertos y bodas, y la vuelta al trabajo, a la escuela o a otras actividades, podría convertirse en una fuente de estrés y ansiedad.
“Una pregunta común que muchos se plantean es si habrá una sensación de normalidad y cuándo”, afirma Neda Gould, Ph.D., profesora adjunta de psiquiatría y ciencias de la conducta de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. “Aunque algunas cosas aparentemente volverán a la normalidad, no todo volverá a ser como lo recordamos. Todavía tenemos que ser precavidos: por ejemplo, muchos adultos están vacunados, pero la mayoría de los niños no, de modo que tenemos que encontrar la manera de adaptarnos a esta nueva forma de vivir.”
Las personas se verán obligadas a tomar decisiones en relación con las actividades en las que se sienten cómodas. Es comprensible que muchos tengan dificultades para reintegrarse a estas actividades y a la sociedad tras un año de aislamiento. “Desde el punto de vista emocional, hemos observado un aumento del estrés, agotamiento, trastornos del sueño, ansiedad, depresión, trastornos relacionados con los traumas y una sensación general de duelo porque la vida, tal como la conocíamos, ha cambiado radicalmente. Es probable que esta expectativa desencadene una amplia gama de emociones en el futuro, a medida que empecemos a recuperarnos tras un año que nos ha redefinido como personas y como sociedad”, afirmó Gould.
Los expertos del Johns Hopkins Children’s Center aseguran que la adaptación también podría provocar una serie de sentimientos en los niños y adolescentes. “Algunos niños podrían experimentar entusiasmo, en tanto que otros podrían deprimirse o manifestar ansiedad”, asegura Carisa Parrish, Ph.D., profesora asociada de psiquiatría y ciencias de la conducta de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
“El último año y medio ha sido un torbellino y esta circunstancia podría despertar todas las emociones acumuladas durante todo el tiempo que ellos pasaron sin ver a sus amigos y tuvieron que quedarse en casa durante este largo período o, incluso, por causa de la pérdida de un ser querido”.
Además, como las vacunas contra la COVID-19 no han sido aprobadas para los niños más pequeños, muchos deben seguir usando mascarillas y, posiblemente, no puedan pasar tiempo con sus amigos, independientemente de que los adultos y los compañeros de mayor edad no tengan que cumplir con las mismas pautas. “Los niños más pequeños podrían sentir que es injusto”, afirma Parrish. Ella recomienda explicarles a los niños que estas circunstancias no durarán indefinidamente. Ellos podrán dedicarse a más actividades en cuanto se considere que es seguro para ellos.
Parrish aconseja a los padres que presten mucha atención a cualquier cambio en el estado de ánimo de sus niños y que sean conscientes de sus sentimientos, al tiempo que hace hincapié en que no hay una manera correcta de sentirse. Si los síntomas de ansiedad persisten durante más de unas pocas semanas, Parrish recomienda hablar con el consejero escolar del niño, el pediatra u otro profesional médico.
Para los adultos que sienten ansiedad, al igual que sus niños, los expertos de Johns Hopkins Medicine y el Children's Center ofrecen los siguientes consejos para facilitarles la transición:
Prepare un plan cuando pueda.
Reintégrese gradualmente, cuando sea posible.
En su mente, haga un recorrido por las cosas que puede esperar y anticípese a los desafíos por venir. Si tiene niños, repase el proceso con ellos también.
Acepte que usted y sus niños podrían sentir una amplia gama de emociones y deje espacio para ellas.
Comparta sus sentimientos con las personas de su red de apoyo y anime a sus niños a que hagan lo mismo con usted o con sus amigos. Comprenda que usted y ellos no están solos.
Sepa que algunas cosas estarán fuera de su control, pero podrá manejarlas cuando se presenten.
Revise cómo han ido las cosas después de una transición, para identificar las estrategias útiles y eliminar los aspectos menos útiles. Considere toda la transición como un trabajo que deberá realizar gradualmente.
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