La Suerte No Existe - Más Mujer Austin
Redacción por Elías Hermida / Empresaria Feliz
Así de contundente, la suerte no existe.
Y seguramente te puedes preguntar cómo es posible que un concepto tan permeado en nuestra cultura, tan presente en nuestras conversaciones, es ficticio.
Primero, conviene reflexionar cómo es que la suerte ha llegado a ser, por lo menos en la imaginación de las personas, parte de los factores que supuestamente determinan lo que pasa con las cosas.
Pongamos como ejemplo una de las expresiones más comunes alrededor de esto: "ojalá y tenga suerte". No es poco común escuchar a las personas en su anhelo de que esa aleatoriedad le dé un pequeño empujón a sus planes para que se inclinen a su favor.
Sin embargo, por más que pensemos que constantemente "probamos a la suerte", no nos damos cuenta de que, en realidad, lo que probamos son las PROBABILIDADES de que algo suceda.
El estado de las cosas es el resultado de una multiplicidad de factores. Algunos están a nuestro alcance para influir en ellos y otros no. Ahora bien, no quiere decir que lo que no dependa de mí sucederá por un azar del destino. No, las cosas que no tienes a la mano tienen sus propias causas. NO se deben para nada a la suerte.
Hablando de tu negocio déjame compartirte lo siguiente: dando por descontado que tú haces lo que te corresponde, aunque no lo creas, también puedes hacer que lo que no te toca hacer vaya en tu beneficio.
Por ejemplo, en una conversación con un prospecto, sabemos que efectivamente tú no puedes entrar en la mente de tu posible comprador para decir que “sí” a tu producto. Sin embargo, tú puedes generar las condiciones que aumenten la PROBABILIDAD de que se cierre la venta.
No dependes de la “suerte”, de si el cliente se levantó de buenas, o si está enfocado para entender las cualidades de tu oferta.
Tú creas el escenario, tomas decisiones, comunicas lo que debes, de manera que todo aquello que está fuera de tu margen de acción, o bien no afecte de forma relevante o lo puedas derivar hacia ti.
Comprender esto nos ayuda a entender que tenemos una gran oportunidad de hacer que las cosas salgan de acuerdo con nuestros objetivos.
Y así, conforme avanzas verás cómo manteniéndote en la misma línea, siendo consistente y constante las cosas se irán alineando para ti, tengas “suerte” o no.